Telepizza había sido marca líder en un pasado reciente, cuando el entorno competitivo era mucho menor. Había traído la pizza a domicilio a España, siendo capaz de conectar con un consumidor desde una propuesta interesante y distintiva a nivel de precio y producto.
Ahora, la marca encaraba nuevos desafíos con una realidad de marca diferente a la percepción, marcada por la intensa competencia y la necesidad de destacar en un mercado poco fiel.
Así pues, se embarca en una reflexión interna para redescubrir sus atributos clave: líder en el sector con 7,000 repartidores, grande con más de 720 establecimientos, auténticamente española, experta en su producto insignia, la masa. Y la mayor de las ventajas… una marca que está en el corazón y en la cultura popular de este país, ese hueco no podíamos dejarlo pasar.
Telepizza toma la decisión de abandonar la denominación «Telepi» y regresar a «Telepizza», reconociendo la importancia de enfocarse en el producto, especialmente en la pizza. La marca abandona la apariencia juvenil para abrazar la cultura popular y reconectar con los consumidores (familias) que experimentaron su primera entrega de pizza. Este cambio de enfoque amplía el público objetivo, incluyendo a familias y adultos, esenciales para el negocio, que representa más de 700 tiendas en España. La estrategia busca revitalizar la marca a medio y largo plazo sin descuidar la venta inmediata, incentivando a los clientes a realizar pedidos a través de precios competitivos e innovación.
Además, se busca reforzar la marca anclándola al lema ‘El Secreto está en la masa’, devolviéndole su significado al poner en el centro de la comunicación al consumidor, empleados y todas las personas que han contribuido al éxito de Telepizza a lo largo de los años. De ahí el darle la mejor masa de pizza del mercado (el secreto está en la masa), a la gran masa de este país, aquella masa por la que siempre una marca tiene que apostar, nos pareció el mejor movimiento para la Marca. VIVA LA MASA, AHÍ ESTÁ EL SECRETO. Este enfoque busca no solo proyectar una identidad producto céntrica sino también resaltar la conexión emocional con quienes han sido parte integral de la marca.